Integrantes del Movimiento de Afectados por Represas - el MAB -, juntamente con el Instituto Nacional de Colonización y Reforme Agraria (Incra) discutieron el miércoles, día 15, los problemas sociales y ambientales generados por la construcción de represas en todo el país. El encuentro forma parte de una serie de reuniones con el gobierno para discutir la problemática.
De acuerdo con el Movimiento, más de un millón de personas son afectadas por la construcción de hidroeléctricas en todo Brasil.
En una reunión el martes, día 14, con integrantes del Ministerio de la Agricultura y Pesca, el MAB reivindicó el reconocimiento de los pescadores como una población afectada por represas, la garantía del derecho a la tierra para las poblaciones tradicionales y el fin de la construcción de las hidroeléctricas del río Madeira, Monjolinho y Belo Monte. Acerca del último pedido, el coordinador nacional del MAB que participó de la reunión, Marco Antonio Trierveiler, afirma que a pesar de que Brasil no necesita de más producción energética, las construcciones deben continuar.
"Infelizmente el gobierno brasileño asumió un compromiso con las grandes empresas. Esas represas sólo tienen un objetivo que es el de generar lucros. Ellas ganan con la construcción de las represas y después en la venta de la energía."
Para los coordinadores del Movimiento de los Afectados por Represas, estas cuestiones sólo se resolverán con un aumento en la movilización y la unidad de los movimientos populares. Las reuniones con el gobierno fueron hasta el viernes, día 17.
Fuente: RadioAgencia Noticias