-Esto dijimos el 6 de febrero del 2000: ¡Y el agua es nuestra!-. Trece años después, Oscar Olivera hace un balance de aquellos días, de cuando los bolivianos agrupados en la Coordinadora de Defensa del Agua y de la Vida, vencieron el miedo y recuperaron la confianza en sí mismos, en la ya legendaria "Toma de Cochabamba". La primera de muchas batallas civiles, rebeldes y preñadas de futuro, que desembocaron a las jornadas de abril, cuando a partir únicamente de su propia fuerza, valiéndose de su capacidad de tomar acuerdos y cumplirlos, impulsándose en su convicción más íntima de la necesidad de imponer un límite al mal gobierno, agraviados por la privatización del agua y por las altas tarifas impuestas, obtuvieron aquel triunfo contundente: la multinacional Bechtel se marchó, sus socios menores se dispersaron y en la pavorosa Ley de Aguas que habían impuesto se borraron las disposiciones más negativas para los pobladores y, en general, todo aquel cuerpo legal comenzó a ser reformado. Fue la Guerra del Agua, brillante y recordada.
Olivera, dirigente de aquellas batallas, hace el balance: "13 años y el desafío de decir y hacer lo mismo sigue vigente". Entresaca el comunicado emitido el domingo 6 de febrero del 2000 luego de dos días intensos de lucha en la denominada "Toma de Cochabamba", y saluda "a los hombres, mujeres, jóvenes, niños, niñas, ancianos y ancianas de esta Llanta".
Dice así:
Coordinadora Departamental por la Defensa del Agua y de la Vida
¡Y... EL AGUA SIGUE SIENDO NUESTRA!
La Coordinadora Departamental de Defensa del Agua y de la Vida al terminar la segunda batalla de la larga lucha por el agua y la vida, expresa lo siguiente:
1. Pese a que el mal gobierno lanzó a criminales vestidos de policías a aplastar la voz de la población de Cochabamba, instruyendo reprimir una marcha pacífica programada para el viernes 4, la multitud, los cochabambinos y cochabambinas de la ciudad y el campo, ahora sí, unidos en una sola voz, en un solo cuerpo que resiste, hemos hecho parar la masacre que estaba preparando el carnicero Guiteras.
¡Las piedras han derrotado a los gases y balines! ¡La dignidad de los ciudadanos derrotó la cobardía de mediocres y corruptos funcionarios gubernamentales! ¡La solidaridad venció la intriga!¡Hemos perforado la cínica defensa gubernamental de los negociados de unos cuantos empresarios! Entramos a la Plaza tras dos días de batalla tal como dijimos, jubilosamente, para decir que Cochabamba no se rinde, que el Agua no está en venta, para recuperar la palabra, la democracia; en fin, para mostrar que en relación al agua, somos nosotros los que decidimos y que no estamos dispuestos a someternos a lo que digan ministros, empresarios e instituciones financieras internacionales. Eso es lo que esforzada y decididamente hizo la población cochabambina de la ciudad y el campo, acompañada por nosotros.
2. Por otro lado, la Coordinadora saluda la masiva respuesta de la población de la ciudad que ahora sí, de manera contundente, se ha volcado a la calle a defender lo que es suyo. En esta oportunidad, regantes, organizaciones provinciales, campesinos y cocaleros, se lograron fundir con una gigantesca cantidad de vecinos y vecinas, comerciantes, trabajadores y población urbana sencilla y luchadora para enfrentar la brutalidad policial, para resistir a los gases y para avanzar en la lucha por el Agua, que no ha terminado pero sin lugar a dudas se ha reforzado.
3. En esta batalla hemos conseguido lo siguiente:
- Congelamiento de las tarifas al mes de octubre. Esto es, EL TARIFAZO YA HA QUEDADO SIN EFECTO, cualquier incremento estará en función de las posibilidades de la gente. Sin embargo, esto no cubre todos los objetivos que tenemos: nosotros rechazamos el contrato de concesión con Aguas del Tunari y seguimos en apronte para que se modifique sustancialmente.
- En relación a la Ley de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario se ha conseguido la seguridad jurídica de los usos y costumbres de los sistemas de agua potable y riego de las cooperativas, comités y asociaciones del área rural y urbana. Esto significa que ya no habrá monopolio en la concesión de aguas y que se reconoce legalmente la existencia y autoridad de las iniciativas que la población ha tomado, por cuenta propia, para dotarse y gestionar el agua. En este punto, los cochabambinos y cochabambinas hemos preparado las condiciones para que la lucha por el agua adquiera el carácter nacional que le corresponde; ya que en todas partes existen sistemas de riego y consumo de agua basados en prácticas tradicionales que están siendo agredidos por la privatización y dolarización que permitía la Ley de Agua Potable antes de la lucha.
- En tercer lugar, se reafirmó la voluntad de toda la región de llevar adelante el proyecto múltiple Misicuni, pero esto no se hará a expensas y a espaldas del pueblo como se hizo con la concesión a Aguas del Tunari que fue avalada por el silencio cómplice de políticos, autoridades y dirigentes cívicos. La población cochabambina unida como esta hoy, obligará a los gobernantes a que Misicuni realmente sea en beneficio de los ciudadanos y que sus costos sean reales y no inflados.
4. El otro gran logro de esta movilización es que perdimos el miedo. Salimos de nuestras casas y de nuestras comunidades para hablar entre nosotros, para conocernos, para aprender nuevamente a confiar unos en otros. Ocupamos las calles y los caminos porque somos los verdaderos dueños. Lo hicimos en base a nuestra propia fuerza. Nadie nos pagó, nadie nos dio ficha ni nos multó. Para nosotros, población trabajadora de la ciudad y el campo, este es el auténtico significado de la democracia: decidimos y hacemos, discutimos y ejecutamos. Arriesgamos la vida para cumplir lo que nos proponemos, lo que consideramos justo. Democracia es soberanía del pueblo y eso es lo que hemos hecho.
El 4 y 5 de febrero marcan un hito más en la historia de la lucha social de Bolivia. Los gobernantes han temblado y han tenido miedo. La gente sencilla hemos peleado y hemos celebrado. No podemos bajar la guardia ahora, el camino de unirnos, de confiar, de dialogar entre nosotros, de ocupar las radios y convocarnos unos a otros, de organizarnos y pelear, ha empezado.
5. Esta batalla la hemos ganado. Después de 15 años estamos disfrutando el júbilo de un triunfo. Sin embargo, falta mucho. No podemos confundirnos, hemos ganado solo una batalla y sobre esa fuerza hay que seguir avanzando. Son varias las tareas para los próximos días:
- Fortalecer las organizaciones de base que forman parte de la Coordinadora como los Comités urbanos y rurales de agua potable, las asociaciones de regantes, las brigadas de jóvenes combatientes que tan valerosamente mantuvieron a raya a la policía durante dos días.
- Continuar entendiendo y discutiendo la temática del agua en Asambleas de barrios y comunidades. Asimismo llevar esta voz cochabambina de esperanza y de lucha a todos los rincones del país porque el cambio de la Ley 2029 compete a todos los bolivianos.
- Exhortamos también, a la valiente población que luchó estos dos días sacrificadamente, a que pida cuentas a los dirigentes que han mostrado posturas ambiguas. No necesitamos en estos momentos, ni tibios ni irresponsables. Necesitamos dirigentes respetuosos de las bases, que escuchen y conduzcan, que no se vendan y que no se asusten.
Cochabambino, Cochabambina, la sangre derramada, los esfuerzos realizados, los gases y balines soportados y resistidos han valido la pena. Hemos ganado otra batalla y hay esperanza, hay futuro, hay vida.
Cochabamba, 6 de febrero de 2000
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