Jalisco. Celebran triunfo comunitario sobre la presa El Zapotillo
México
La Fiesta de los Gallos de hoy en Temacapulín, importante fiesta patria de esa población en los Altos que conmemora la consumación de la Independencia mexicana, será distinta. El viernes, el Ayuntamiento de Cañadas de Obregón rechazó el cambio de uso de suelo que requería el gobierno federal para construir una presa con una cortina de 105 metros de altura que no sólo surtiría de agua a ciudades de Jalisco y Guanajuato, sino que también inundaría a Temaca, y a Acasico y Palmarejo, en Mexticacán. Eso significa que, al menos durante seis meses, el proyecto queda suspendido. A la sesión del ayuntamiento asistieron vecinos de Temacapulín, para recordarles al alcalde y a los regidores que, en enero, firmaron un compromiso para no autorizar, al menos durante este trienio, el trámite que necesitaba la Comisión Nacional del Agua (CNA) para la construcción de la presa. En una reunión cerrada, los once munícipes de Cañadas votaron: cinco regidores, en contra de cambiar el uso de suelo actual, de agrícola y residencial, a pecuario; cuatro, a favor, y dos se abstuvieron. "Eso significa que el proyecto, como está hecho, no puede ser posible, ya que el municipio es el único facultado para hacer los cambios de uso de suelo", explicó Marco von Borstel, representante del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec), uno de los organismos que han dado seguimiento al problema en torno a El Zapotillo. Según Von Borstel, la CNA tenía ya el cambio de uso de suelo para la cortina de 80 metros , que no significaba peligro para los tres poblados. La primera posibilidad es que las autoridades federales retomen aquel proyecto; la segunda, que, si insisten en la cortina de 105 m , intenten de nuevo, pero no antes de seis meses, porque el cabildo no podrá votar el mismo tema sino hasta pasado ese tiempo. El integrante del Imdec subrayó que quedó en evidencia que el gobierno federal "actuó fuera de toda norma", pues el trámite debió hacerse antes de adjudicar la obra a una empresa constructora. Faltan otros permisos, como el del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y una manifestación de impacto ambiental. Von Borstel admitió que lo ocurrido en el cabildo es apenas un respiro de seis meses, pero subrayó que "las comunidades están muy cerca de los dos alcaldes electos, que se han comprometido con ellos para que no los inunden, así que esperemos que cumplan con su palabra. Lo vemos como un logro definitivo, porque mucho del trabajo fue hecho por las propias comunidades. Obviamente no significa la cancelación de la obra, por lo que el trabajo seguirá". Hay otras gestiones en marcha: un punto de acuerdo presentado por el senador Ramiro Hernández para que comparezca el director de la CNA; propuestas en la Cámara de Diputados para detener el presupuesto de la presa; una campaña de cartas dirigidas a la constructora y el reciente contacto con el relator de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Oliver de Schutter, quien estudiará el tema porque, con la presa, se reduciría el beneficio del río Verde rumbo a Tepatitlán, Acatic y Zapotlanejo, lo que volvería más árida la zona y afectaría a unas 200 mil personas. Guadalajara/Elizabeth Rivera Avelar/Iván González Vega http://www.milenio.com/node/292672
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