Por Marlon Manzano19.nov.2015 | 18:21
55 millones de habitantes en Centroamérica carecen de una vivienda digna, esto significa que su casa tiene deficiencias ya sea en sus paredes, techo o piso; o la carencia de uno o más de los servicios básicos para que ésta funcione adecuadamente: electricidad, agua potable, alcantarillado.
Expertos de diferentes organizaciones de cooperación y ayuda social enfocados en promover una vivienda digna para las familias de la región y a nivel internacional se dieron cita en el segundo y último día del Foro de Donantes de Centroamérica desarrollado en nuestra capital desde el miércoles 18 de noviembre.
El panel de expertos estuvo conformado por Verónica Ruiz, especialista en Desarrollo Humano e Infraestructura Social del Banco Centro Americano para la Integración Económica, BCIE; Gustavo González, coordinador del Programa de Vivienda y Hábitat, We Effect América Latina; y Erik Christensen, representante de Naciones Unidas Hábitat México.
Uno de los principales consensos entre los panelistas fue la necesidad de comprender que el problema de la vivienda es un problema también de pobreza, y que por ende, se debe entender su multicausalidad y los diferentes efectos que eso conlleva, para desarrollar enfoques integrales de solución.
En ese sentido, expusieron que en muchos países de la región y América Latina se habla de priorizar la inversión social en educación y salud, pero se desconoce que más del 60 % de latinoamericanos viven hacinados, lo cual repercute directamente en los niveles de retorno de las políticas educativas o de salud.
Gustavo González fue más allá y criticó muchas políticas y programas de ayuda social que promueven viviendas de interés social menores a 20 metros cuadrados, así como ciertas políticas de subsidio que no apoyan directamente a la familia sino que a los constructores o desarrolladores.
El espacio disponible
Para el experto de We Effect América Latina, a nivel técnico existe una variable fundamental para comprender la crisis de vivienda en la región: el espacio disponible para seguir urbanizando.
La tendencia se mantiene en cuanto a migración de familias de zonas rurales a las periferias urbanas, lo que sigue generando mayor presión para construir de manera desordenada y perpetuar el hacinamiento en los barrios populares.
Para Ruiz, no basta con haber entregado un pedazo de tierra a las familias (reformas agrarias), lo que era importante en ese momento era capacitar a las familias en la construcción de sus viviendas, así como fortalecer a los gobiernos locales para brindar esa asistencia técnica de manera permanente.
En ese sentido, el representante del programa de hábitat de las Naciones Unidas coincidió con Ruiz al mencionar que menos del 5 % de los fondos provenientes de los estados son destinados a programas de vivienda o asistencia técnica en las municipalidades, lo cual refleja un grave problema de prioridad.
Todos los panelistas coincidieron en la importancia de descentralizar las políticas de vivienda, y fortalecer las capacidades y presupuestos locales. Verónica Ruiz agregó que existe una tendencia de los gobiernos por resaltar sus políticas nacionales de vivienda, pero explicó que en la realidad, de los 6 países de la región solo Costa Rica y Panamá cuentan con una legislación sólida que promueve un sistema de vivienda integral.
Por otra parte, Honduras y El Salvador son los únicos países de la región que no cuentan con una ley de vivienda, mientras que Nicaragua y Costa Rica tiene políticas bastante avanzadas de subsidios, en algunos casos cubriendo el 100 % del valor de la casa.
Para hablar de una política de vivienda seria, Gustavo González expresó que es necesario que incluya medidas sobre rol del Estado para financiar los subsidios; políticas para el ordenamiento territorial y el uso del suelo, enfocado en evitar la segregación poblacional; y finalmente, el rol de las fuentes de financiamiento privado.
Durante el panel se dio a conocer una herramienta de las Naciones Unidad para medir el avance en temas de hábitat, el Índice de Prosperidad Urbana. Además el BCIE anunció su nuevo programa centroamericano de vivienda y dejo abiertas las puertas a nuevos aliados.