Después de 14 años, la idea de construir una forma diferente e innovadora de vivir juntos se va convirtiendo en realidad. En Cochabamba (Bolivia), centenas de familias están construyendo una comunidad distinta. Para evitar alquileres, toda forma de violencia y de opresión, estas familias optaron por la propiedad colectiva comunitaria de un terreno en la periferia de la ciudad, dando prioridad a las mujeres jefas de hogar y a los niños.
A través del compromiso de cada una(o), de la fuerza del colectivo y de trabajos comunitarios, lograron construir viviendas, infraestructura social colectiva e implementar espacios públicos. En el origen de este proceso se encuentra una sólida organización liderada por mujeres y una intensa convivencia entre las familias, basada en el respeto y la solidaridad.
Todavía hay mucho camino que recorrer, pero la comunidad ya existe: 400 familias viven en un terreno que podría recibir hasta 1000 núcleos familiares. La convivencia cotidiana no es evidente, “no se trata de una vida tranquila”: hay conflictos internos, existe un apoyo muy limitado de parte de las autoridades públicas, se necesitan todavía conquistas legales para hacer real el derecho a la vivienda y a la ciudad para toda(o)s. descarga aquí la publicación