A pesar de los avances recientes en la ampliación de la infraestructura del agua potable en México, el abastecimiento equitativo en cantidad suficiente y de buena calidad son las principales demandas según estudios sobre los conflictos sociales en torno a ese recurso, dijo María Luisa Torregrosa, coordinadora del grupo Reto Agua, en la Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación, quien calificó de signo de inequidad la falta de acceso al líquido en varias localidades del país.
La también presidenta de la Red de Agua de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), dijo que para asegurar el abasto de agua potable, es necesario entender que las necesidades son distintas en el país y, por tanto, se deben proponer soluciones acordes con ellas.
En principio, aseguró, las condiciones son diferentes para la población urbana, que representa 77 por ciento del total, y para la rural, que forma el 33 por ciento restante y comprende poco más de 180 mil localidades de menos de 2 mil 500 habitantes.
El tema en las ciudades es la calidad del recurso y su distribución equitativa.Por otro lado, también sabemos de los problemas que existen para hacer una extracción y distribución sustentable; la mayor parte del agua que satisface las necesidades urbanas se extrae de los acuíferos, aunque la mayoría del volumen se usa en el sector agrícola, y ya hay zonas del país altamente deterioradas.
A lo anterior se suman las sustanciosas pérdidas por fugas en la red de distribución y los altos costos energéticos que implica llevar el agua a las grandes urbes desde lugares lejanos. Por esto ya se han elaborado algunas propuestas de modelos de abasto y distribución mucho más sustentables para las ciudades, como el de la doctora Blanca Jiménez, vicepresidenta de la AMC, que habría que considerar, recomendó.
Ámbitos rural y periurbano
En cambio, en los ámbitos rural y periurbano la población se encuentra en pequeñas localidades que están en condiciones lamentables, probablemente muy dispersas unas de otras. Ahí, la solución no puede generarse a partir de la lógica de distribución de las grandes urbes, dijo la especialista. Lo que proponemos es la cobertura universal, pensando no solamente en los modelos urbanos, sino también en las pequeñas comunidades.
Señaló que uno de los aspectos que más inquietan al grupo de investigadores de Reto Agua es que el análisis de la gestión y el manejo de los recursos hídricos, particularmente el acceso y gestión al agua domiciliaria, se ha enfocado a los sistemas tecnológicos y organizativos formales y legales. No se ha ahondado en las posibles relaciones entre las distintas instancias y agentes que median el acceso al recurso en las pequeñas localidades y en las zonas marginales o periurbanas. Tampoco se ha profundizado en las prácticas informales e ilegales las cuales se han constituido en dinámicas comunes de acceso de la población a los servicios.
En esas zonas, comentó, la gente resuelve el problema de varias maneras: camina kilómetros hacia alguna fuente para llevar agua hasta sus hogares, mediante el acopio de lluvia, construcción de pequeñas represas y mangueras o con bombas.
En este contexto, habría que hacer una revisión legislativa para que se dé cabida y se fortalezcan las capacidades de esas formas de organización".
Según la científica, uno de los primeros pasos para abordar este desafío es sistematizar las experiencias nacionales e internacionales, profundizar en cómo se resuelven e identificar los sitios donde se ha logrado resolver el problema de manera eficiente.
Fuente: La Jornada.