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Ecuador

Ecuador. Nueva Agenda Urbana: Declaración
de Quito aprobada en Hábitat III



La conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo sustentable (Hábitat III) concluyó el 20 de octubre de 2016 con la aprobación de la Nueva Agenda Urbana. El documento fue debatido durante cuatro meses por los 193 Estados-miembro de Naciones Unidas y concluido el 10 septiembre de este año en Nueva York. El borrador final que resultó de dicha discusión fue aprobado de manera unánime en Quito, sin alteraciones, por quienes asistieron a la conferencia Hábitat III.

El documento final consta de 175 puntos y está clasificado de la siguiente manera:

  • Puntos introductorios (1-10)
  • Nuestra visión compartida (11-13)
  • Nuestros principios y compromisos (14-15)
  • Llamado para la acción (16-22)
  • Plan de implementación de Quito par ala Nueva Agenda Urbana (23)

A. Los compromisos transformadores para el desarrollo urbano sostenible (24)

  • Desarrollo urbano sostenible para la inclusión socal y la eliminación de la pobreza (25-42)
  • Prosperidad urbana sostenible e inclusiva y oportunidades para todos (43-62)
  • Desarrollo urbano medioambiental sostenible y resiliente (63-80)

B. Implementación efectiva (81-84)

  • Construyendo la estructura de la gobernanza urbana: estableciendo un marco normativo de soporte (85-92)
  • Planeando y gestionando el desarrollo urbano especial (93-125)
  • Medios de implementación (126-160)

C. Seguimiento y revisión (161-175)

Aunque la primera traducción que publicamos fue la de María Luisa Cabral Bowling (de MIRA Pensadoras Urbanas), ya se encuentra disponible la versión oficial de la ONU. A continuación compartimos algunos ejemplos de los puntos contenidos. La revisión crítica de este documento es un paso importante para continuar el debate y acción en torno a un hábitat digno para todas y todos.

 Fotografía: elcomercio.com

 

DECLARACIÓN DE QUITO SOBRE CIUDADES Y

ASENTAMIENTOS HUMANOS SOSTENIBLES PARA TODOS

 

Octubre 20 de 2016

Traducción de MIRA Pensadoras Urbanas

María Luisa Cabral Bowling

 

1. Nosotros, los jefes de Estado y de Gobierno, Ministros y altos representantes, nos hemos reunido en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III) del 17 al 20 de octubre de 2016 en Quito, Ecuador, con la participación de gobiernos locales y subnacionales, parlamentarios, sociedad civil, personas indígenas y comunidades locales, sector privado, profesionistas y practicantes, comunidad científica y académica y otros actores relevantes, para adoptar la Nueva Agenda Urbana.

2. Para 2050 se espera que la población urbana mundial casi se duplique, haciendo de la urbanización una de las tendencias más transformadoras del siglo XXI. En virtud de que la población, las actividades económicas, las interacciones sociales y culturales, así como los impactos medioambientales y humanitarios están crecientemente concentrados en las ciudades, esto plantea desafíos enormes de sostenibilidad en términos de vivienda, infraestructura, servicios básicos, seguridad alimentaria, salud, educación, trabajo decente, seguridad y recursos naturales, entre otros.

3. A partir de la celebración de las Conferencias de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos de Vancouver en 1976 y la de Estambul en 1996, y de la adopción de las Metas para el Desarrollo del Milenio del 2000, hemos visto mejoras en la calidad de vida de millones de habitantes de las ciudades, incluyendo los de los barrios marginales y asentamientos informales. Sin embargo, la persistencia de múltiples formas de pobreza, de crecientes desigualdades y la degradación de medio ambiente, siguen siendo los mayores obstáculos para el desarrollo sostenible en el mundo entero, con exclusión social y económica y con segregación espacial que son a menudo una realidad irrefutable en las ciudades y asentamientos humanos.

4. Estamos todavía lejos de atender adecuadamente estos y otros problemas existentes y emergentes en forma adecuada; y hay necesidad de tomar ventaja de las oportunidades de urbanización como un motor para el crecimiento sostenido e incluyente, para el desarrollo social y cultural y la protección medioambiental y de sus potenciales contribuciones para alcanzar un desarrollo transformador y sostenible.

5. Al replantear la forma en que las ciudades y los asentamientos humanos son planeados, diseñados, financiados, desarrollados, gobernados y administrados, la Nueva Agenda Urbana ayudará a eliminar la pobreza y el hambre en todas sus formas y dimensiones, a reducir inequidades, promoviendo un crecimiento económico sostenido, incluyente y sostenible, a alcanzar la equidad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas, con el fin de aprovechar plenamente su contribución vital para el desarrollo sostenible y a mejorar la salud y el bienestar humano, así como a fortalecer la resiliencia y a proteger el medioambiente.

6. Tenemos plena conciencia de los logros históricos alcanzados en el 2015, en particular la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, incluyendo los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), y la Agenda para la Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, el Acuerdo de Paris adoptado en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el Marco de Sendai para la Reducción de Riesgos de Desastre 2015-2030, el Programa de Acción de Viena para los Países en Desarrollo sin Litorales, para la Década 2014 -2024, las Modalidades Aceleradas de Acción para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, la llamada Trayectoria de SAMOA, el Programa de Acción de Estambul para los Países Menos Desarrollados para la Década 2011-2020. También tomamos nota de la Declaración de Rio sobre Medio Ambiente y Desarrollo, la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible, la Cumbre Mundial para el Desarrollo social, Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible y del seguimiento de estas conferencias.

7. Tomamos nota de la Cumbre Mundial Humanitaria celebrada en mayo de 2016 en Estambul, aunque reconocemos que no tuvo como resultado un acuerdo intergubernamental.

8. Reconocemos las contribuciones de los gobiernos nacionales, así como las de los gobiernos subnacionales y locales, en la definición de la Nueva Agenda Urbana y tomamos nota de la segunda Asamblea Mundial de Gobiernos Locales y Regionales.

9. Esta Nueva Agenda Urbana reafirma nuestro compromiso con el desarrollo urbano sostenible como un paso crucial para la realización del desarrollo sostenible de una manera integral y coordinada a nivel global, regional, nacional, subnacional y local, con la participación de todos los actores relevantes. La implementación de la Nueva Agenda Urbana contribuye a la implementación y localización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de manera integral, y para el logro de los Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) y sus metas, incluyendo la meta 11 de construir ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. 

10. La Nueva Agenda Urbana reconoce que la cultura y la diversidad cultural son fuente de enriquecimiento de la humanidad y aportan una importante contribución al desarrollo sostenible de las ciudades, asentamientos humanos y ciudadanos, empoderándolos para jugar un papel activo y único en el desarrollo de iniciativas; y además reconoce que la cultura debe tomarse en cuenta en la promoción e implementación de nuevos patrones sostenibles de consumo y de producción que contribuyan al uso responsable de recursos y enfrenten el impacto adverso del cambio climático.


Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/actualidad/nueva-agenda-urbana-firmo-habitatiii.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com

Para 2050 se espera que la población urbana mundial casi se duplique, haciendo de la urbanización una de las tendencias más transformadoras del siglo XXI. En virtud de que la población, las actividades económicas, las interacciones sociales y culturales, así como los impactos medioambientales y humanitarios están crecientemente concentrados en las ciudades, esto plantea desafíos enormes de sostenibilidad en términos de vivienda, infraestructura, servicios básicos, seguridad alimentaria, salud, educación, trabajo decente, seguridad y recursos naturales, entre otros.

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11. Compartimos una visión de ciudades para todos, que se refieren al uso igualitario y al disfrute de las ciudades y asentamientos humanos, buscando promover la inclusividad y asegurando que todos sus habitantes, de las generaciones presentes y futuras, sin discriminación de ningún tipo puedan habitar y producir ciudades y asentamientos humanos justos, seguros, saludables, accesibles, económicos, resilientes y sostenibles, para promover la prosperidad y la calidad de vida para todos. Tomamos nota de los esfuerzos de algunos gobiernos nacionales y locales para adoptar esta visión a la que se hace referencia como el derecho a la ciudad, en su normatividad, en sus declaraciones políticas y estatutos.

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25. Reconocemos que la erradicación de la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluyendo la pobreza extrema es el mayor desafío global y un requisito indispensable para el desarrollo sostenible. También reconocemos que la creciente desigualdad y la persistencia de múltiples formas y dimensiones de pobreza, incluyendo el número creciente de habitantes en barrios marginales y asentamientos informales, está afectando tanto a los países desarrollados como a los países en desarrollo y que la organización espacial, accesibilidad y diseño del espacio urbano, así como el suministro de infraestructura y servicios básicos, junto con las políticas de desarrollo pueden promover o impedir la cohesión social, la equidad y la inclusión.

26. Nos comprometemos a un desarrollo urbano y rural que esté centrado en las personas, que proteja al planeta y sea sensible a la edad y al género de las personas y a la realización de todos los derechos humanos y las libertades individuales, facilitando la convivencia, poniendo fin a todas las formas de discriminación y de violencia y empoderando a todos los individuos y comunidades, asegurando su participación plena y significativa. También nos comprometemos a promover la cultura y el respeto por la diversidad y la equidad como elementos clave en la humanización.

27. Reafirmamos nuestro compromiso de que nadie sea dejado atrás y nos comprometemos a promover la igualdad compartida de oportunidades y beneficios que la urbanización puede ofrecer y facilitar a todos sus habitantes, ya sea que vivan en asentamientos formales o informales, para llevar vidas decentes, dignificadas y satisfactorias y que puedan desarrollar todo su potencial humano

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31. Nos comprometemos a promover políticas de vivienda nacionales, subnacionales y locales que apoyen la realización progresiva del derecho a una vivienda adecuada para todos como componente del derecho a un adecuado nivel de vida, que atienda todas las formas de discriminación y violencia, prevenga desalojos forzados arbitrarios y se centre en las necesidades de las personas sin hogar, en situaciones vulnerables, grupos de bajos ingresos y personas con discapacidad, en tanto que faciliten la participación y el compromiso de las comunidades y de los actores relevantes en la planeación e implementación de estas políticas, incluyendo el apoyo a la producción social del hábitat, de conformidad con las regulaciones y estándares nacionales.

32. Nos comprometemos a promover el desarrollo de políticas y enfoques de vivienda integrales y sensibles a la edad y al género de las personas en todos los sectores, en particular empleo, educación, salud e integración social y a todos los niveles de gobiernos que incorporan el suministro adecuado, económico, accesible eficiente en el manejo de los recursos, seguro, resiliente, bien interconectados y vivienda bien localizada, con especial atención al factor de proximidad y al fortalecimiento de la relación espacial con el resto del tejido urbano y de las áreas funcionales del entorno.

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46. Nos comprometemos a promover el papel de la vivienda y del financiamiento de la vivienda accesible y sostenible, que incluya la producción social del hábitat, el desarrollo económico y la contribución del sector para estimular la productividad de otros sectores económicos, reconociendo que la vivienda mejora la formación de capital, el ingreso, la generación de empleo y del ahorro y puede contribuir a conducir la transformación económica sostenible e inclusiva a nivel nacional, subnacional y local.

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97. Promoveremos extensiones urbanas planeadas, rellenos, así como renovar, regenerar y reequipamiento de áreas urbanas, cuando sea apropiado, incluyendo el mejoramiento de áreas marginadas y asentamientos informales, promoviendo enfoques integrados y participativos, involucrando a todos los actores relevantes y habitantes, evitando la segregación espacial y socioeconómica y la gentrificación, en tanto que preservando el patrimonio cultural y evitando y conteniendo la expansión urbana.

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111. Promoveremos el desarrollo de regulaciones adecuadas y viables en el sector de la vivienda, incluyendo, cuando sea aplicable, códigos de edificaciones resilientes, estándares, permisos de desarrollo, leyes de uso de la tierra y ordenanzas, y regulaciones de planeación, combatiendo y evitando la especulación, el desplazamiento, la falta de vivienda, los desalojos forzados arbitrarios, asegurando la sostenibilidad, calidad, accesibilidad, sanidad, seguridad, asequibilidad, eficiencia en el uso de la energía y de los recursos y resiliencia. Promoveremos también análisis diferenciados de la oferta y demanda de vivienda basados en datos desagregados confiables, de alta calidad, oportunos y confiables a nivel nacional, subnacional y local, considerando las dimensiones.

114. Promoveremos acceso seguro para todos a una movilidad urbana sensible a la edad y al género de las personas, económica, accesible y sostenible y sistemas de transporte terrestre y marítimo, que hagan posible una significativa participación en las actividades sociales y económicas en las ciudades y asentamientos humanos, integrando los planes de transporte y movilidad a los planes urbanos y territoriales integrales y promoviendo una amplia gama de opciones de transporte y de movilidad, en particular a través del apoyo a:

(a) un incremento significativo en infraestructura segura, eficiente, económica y sostenible para el transporte público, así como opciones no motorizadas tales como caminar o andar en bicicleta, priorizándolas por encima del transporte motorizado privado;

(b) un Desarrollo Orientado al Tránsito (DOT) equitativo que minimice los desplazamientos en particular para los pobres y defina viviendas económicas, viviendas para ingresos mixtos y una mezcla de puestos de trabajo y servicios;

(c) una planeación mejor del uso del transporte terrestre coordinado, orientado a la reducción de las necesidades de viaje y de transporte, mejorando la conectividad entre las áreas urbanas, periurbanas y rurales, incluyendo vías acuáticas y la planeación del transporte y la movilidad, particularmente para los pequeños Estados insulares en desarrollo y las ciudades costeras;

(d) una planeación y concepción logística del transporte urbano de carga que hagan posible un acceso eficiente de productos y servicios minimizando el impacto en el medioambiente y en la habitabilidad de las ciudades y maximizando su contribución al crecimiento económico.

136. Apoyaremos el desarrollo de modelos verticales y horizontales de distribución de recursos financieros para disminuir las inequidades a lo largo de los territorios subnacionales, en los centros urbanos, y entre las áreas urbanas y rurales, así como para promover un desarrollo territorial integral y equilibrado. A este respecto, enfatizamos la importancia de mejorar la transparencia de los datos sobre gasto y colocación de recursos como herramientas para evaluar el progreso hacia la equidad y la integración espacial.

166. Invitamos a la Asamblea General a solicitar a la Secretaría General, con las contribuciones de los países y de las organizaciones regionales e internacionales relevantes, a informar sobre el progreso de la implementación de la Nueva Agenda Urbana cada cuatro años, con el primer informe que será sometido a consideración durante su 72ª sesión.

167. Este informe proporcionará un análisis cualitativo y cuantitativo del progreso logrado en la implementación de la Nueva Agenda Urbana y sobre los objetivos y metas relevantes para una urbanización y asentamientos humanos sostenibles acordados internacionalmente. Este análisis estará basado en las actividades de los gobiernos nacionales, subnacionales y locales, ONU Hábitat, otras entidades relevantes del sistema de Naciones Unidas, actores relevantes en apoyo a la implementación de la Nueva Agenda Urbana y de los informes del Consejo de Gobierno de ONU Hábitat. Este informe debe incorporar, en la medida de lo posible, los resultados de las organizaciones multilaterales y de los procesos, cuando sea apropiado, de la sociedad civil, el sector privado y la academia. Debe construir sobre plataformas y procesos existentes tales como el Foro Urbano Mundial acordado por ONU Hábitat. Debe evitar duplicidades y responder a las circunstancias, capacidades, necesidades y prioridades locales, subnacionales y nacionales.

 





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