En julio de 2010 una resolución de la Asamblea General reconocía el derecho a agua potable y al saneamiento1, como derecho esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos2. A partir de aquí, el Consejo de Derechos Humanos afirmó este reconocimiento en septiembre de 20103, señalando que es un derecho que se deriva del derecho a un nivel adecuado de vida.
La Resolución de la Asamblea reconoce el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.
Guía para la incorporación del enfoque basado en derechos humanos (6.54 MB)