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PRONUNCIAMIENTOS POR EL DÍA MUNDIAL DEL HÁBITAT 2005  


Liliana Rainero. Red Mujer y Hábitat


PRONUNCIAMIENTO POR EL DÍA MUNDIAL DEL HÁBITAT 2005

El derecho de todos a un lugar seguro donde vivir en paz y con dignidad -eje estratégico de la Campaña Mundial por el Derecho a la Vivienda impulsada por HIC en los años 90- alcanza hoy mayor complejidad y nuevas dimensiones ante los graves impactos de la globalización económica y las políticas neoliberales que la impulsan.

La utopía perversa del crecimiento y la acumulación infinitas operan dentro de su propia lógica sin miramiento alguno respecto a la naturaleza de los seres humanos. Pareciera una carrera ciega contra la vida y hacia la autodestrucción. 

La desigualdad, entre y a lo interno de las naciones, y el empobrecimiento crecientes afectan ya no sólo a los países pobres sino incluso a los más desarrollados y está atrás de los múltiples problemas que impactan en los diversos campos de la actividad humana. 

Estos impactos, aunados a la transformación de los bienes comunes que garantizan la vida en el planeta -la tierra, el agua y hasta el aire- en mercancías sujetas al juego libre del mercado, afectan centralmente el campo del hábitat humano generando condiciones de vida  cada vez más precarias en los asentamientos urbanos y rurales.

Las condicionantes impuestas a los países pobres a través de los tratados internacionales de libre comercio y de la negociación de su deuda externa originan la migración masiva de campesinos hacia las ciudades y hacia países ricos donde se enfrentan entre otros muchos problemas a la dificultad de acceder a un lugar digno donde vivir; a suelo seguro; a la infraestructura, servicios y equipamientos necesarios para el desarrollo sano de la vida; a espacios públicos de convivencia y recreación. Pero no sólo eso, sino que hoy enfrentan la cancelación de posibilidades y apoyos para participar en la producción y la gestión democrática de su hábitat; se llega incluso al extremo de criminalizar sus iniciativas  “informales” para dar un techo a sus hijos, violándose con ello el compromiso más elemental que asumen los Estados signatarios del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que es el de respetar tales derechos.

Al igual que el año pasado, la convocatoria de Naciones Unidas para celebrar el Día del Hábitat vuelve a centrarse en las ciudades bajo el tema “La ciudad y los objetivos del milenio”, olvidándose de la profunda articulación que existe entre campo y ciudad en los procesos actuales de poblamiento. 

Lo más grave es que se ignoran las causas estructurales de la problemática del hábitat social e incluso se llega a avalar –vía el PNUD y la Comisión Económica de Naciones Unidas para Europa- el planteamiento simplista y perverso de considerar la falta de reconocimiento y legalización de los activos económicos de los pobres –su casa, sus pequeños negocios- como la causa misma de su pobreza. Codirigido por Hernando de Soto y Madelaine Albright, y con el aval de algunos gobiernos -contratantes del propio De Soto-, se ha puesto en marcha en días pasados la Comisión de Alto Nivel para el Empoderamiento Legal de los Pobres que impactará gravemente en el futuro inmediato las políticas públicas.

Las limitadísimas Metas del Milenio en el campo del hábitat de mejorar en 20 años las condiciones de vida de sólo un 10% de los actuales habitantes de tugurios urbanos han sido cuestionadas en la reciente Asamblea General de Naciones Unidas, en aras de incrementar los recursos mundiales contra el terrorismo. Esto cuando, para el mismo período, la propia Directora del Programa Hábitat de Naciones Unidas estima que de mantenerse las tendencias actuales, la población viviendo en tugurios urbanos, para esa fecha (2020) alcanzará la cifra de 1,600 millones de habitantes. 

Ante estos y otros hechos alarmantes, HIC, sin olvidar la integralidad del problema del hábitat humano, convoca a sus miembros, a las organizaciones y movimientos sociales con los que trabaja y a todos aquéllos interesados en el campo del hábitat a reflexionar en torno a estos temas y a discutir en profundidad la propuesta de Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad en la que, conjuntamente con otras redes y movimientos sociales, nuestra Coalición  viene participando. Se trata de un planteamiento fundamentado en los derechos humanos y que busca construir un instrumento movilizador, capaz de articular los múltiples y diversos procesos que enfrentan hoy las graves tendencias de deterioro de las relaciones sociales y espaciales en las ciudades, entre ciudades y entre la ciudad y el campo.

3 de Octubre de 2005.  

Enrique Ortiz
Presidente de HIC
president@hic-net.org
www.hic-net.org

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DÍA MUNDIAL DEL HÁBITAT
2 de octubre de 2005.

Desde CISCSA -Coordinación de la Red Mujer y Hábitat para América Latina y El Caribe- queremos hacer un breve pronunciamiento en el Día Mundial del Hábitat, que Naciones Unidas convoca para celebrarlo bajo el lema La ciudad y los objetivos del milenio.

Una de las metas fundamentales de los objetivos del milenio es reducir la pobreza y la población que vive en el mundo en asentamientos precarios sin la tenencia segura de vivienda y acceso a servicios básicos. Sin embargo, sabemos que el modelo económico causal de las profundas desigualdades sociales, y cuyas consecuencias son la carencia de un hábitat digno, no ha sido cuestionada por los países que se comprometen con los objetivos del milenio: prevalecen las injustas reglas de comercio internacional, la falta de control de capitales, el poder de los organismos financiadores. Este es el contexto dentro del cual los países más pobres tienen ante sí el desafío de efectivizar las metas del milenio y fundamentalmente los Derechos Económicos Sociales y Culturales con los cuales los gobiernos se han comprometido, y sin los cuales la democracia de nuestros países se ve profundamente debilitada.

Debemos ser críticos frente a las ya reducidas metas del milenio, no obstante es posible considerarlas como una herramienta más para exigir a los gobiernos del mundo el cumplimiento de compromisos que implican una distribución más equitativa de la riqueza entre países pobres y ricos y al interior de cada uno de nuestros países. A los gobiernos locales, es necesario exigir priorizar inversiones en el territorio de nuestras ciudades que favorezcan a la ciudadanía en su conjunto y en particular a los sectores que viven en condiciones de vida más vulnerable.

Desde las organizaciones de mujeres queremos en este día recordar y reafirmar el aporte histórico de las mismas a la construcción de los
asentamientos humanos, al trabajo comunitario que realizan sin remuneración paliando las crisis económicas de los países de la región, al mismo tiempo que no tienen representación en los ámbitos de decisión de las políticas públicas habitacionales y territoriales que afectan la vida cotidiana de todos y todas. La planificación de nuestras sociedades no responde a la nueva realidad de las relaciones de género. Las mujeres asumen hoy simultáneamente el trabajo en el ámbito privado y público, en tanto la división sexual del trabajo
persista como base de nuestras sociedades esto plantea requerimientos específicos respecto a las políticas públicas habitacionales que aseguren además del techo, el cuidado de niños, ancianos, transporte público, servicios en general. El acceso a créditos y subsidios para los sectores empobrecidos, y en especial para las mujeres, se hace cada vez más dificultoso por no cumplir con los criterios de elegibilidad para los mismos. La violencia de género en las ciudades, debe ser considerada una responsabilidad política de los gobiernos y de la sociedad y requiere ser incorporada en las políticas de seguridad ciudadana; la violencia hacia las mujeres de la que dan cuenta las estadísticas de todos los países, es un limitante para la apropiación de la ciudad por parte de las mujeres y su participación como ciudadanas plenas.

El derecho a un hábitat incluyente y digno es un derecho humano, la participación activa de la ciudadanía y la voz de las mujeres en los ámbitos de decisión, es una condición imprescindible para hacer efectiva la democratización de la ciudad.

Liliana Rainero, responsable y Equipo de CISCSA.
P/ CISCSA -Coordinación de la Red Mujer y Hábitat LAC-

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