Los finales de los años setenta fueron una época de crisis política y económica aguda. En un contexto de tránsito político donde el gobierno militar de Morales Bermúdez se vio obligado a iniciar la transferencia del poder a la civilidad se incrementaban las movilizaciones regionales y populares. Los sectores urbanos intentaban mejorar o recuperar sus niveles de vida, vinculando sus reivindicaciones al descontento ante el régimen militar. Estos son elementos claves que permiten explicar las movilizaciones barriales intensas que hubo en aquella época en Lima, Cuzco, Trujillo, Arequipa, Tacna, Moquegua, Huancayo, Ayacucho y Cajamarca. El desenlace de esta oleada de movilizaciones se produjo en julio de 1977 con el primer paro nacional. Los pobladores con sus piquetes de lucha, bloqueos de pistas y enfrentamientos con las fuerzas del orden, hicieron que la medida de fuerza fuera realmente efectiva. El Comité de Coordinación y Lucha Barrial (CCLUB) participó organizadamente en el Comando Unitario de Lucha del Paro Nacional. Este hecho se repitió en los paros nacionales siguientes (febrero y marzo de 1978, enero y julio de 1979). Entre 1978 y 1982 se constituyeron 9 federaciones departamentales de pobladores. 5 distritales y 2 centrales nacionales, mientras que otras federaciones ya existentes se reorganizaban y cobraban fuerza y presencia. En mayo de 1980 el partido Acción Popular ganó en los distritos de mayor concentración de población barrial en Lima. En 1983 el turno le correspondió a Izquierda Unida que ganó las elecciones municipales en Lima y prácticamente en todos los distritos populares de la capital.
En medio de este mar movido, los días 9,10 y 11 de noviembre de 1979 nacía en Lima la Federación de Pueblos Jóvenes de Lima y Callao, Fedepjup. Seis días más tarde, el 17 de noviembre, un grupo de activistas sociales y políticos, estudiantes y profesionales comprometidos con las luchas populares, partícipes de los acontecimientos descritos, formamos Cenca, con el objetivo de apoyar a los movimientos sociales urbanos. Un año más tarde Cenca fue inscrito formalmente en los registros públicos.
De esa fecha a esta parte, muchas aguas han corrido debajo de los puentes. Han cambiado muchos elementos de la realidad. Cenca ha ampliado su labor desde el punto de vista temático y geográfico; ha intentado en la medida de lo posible estar a la altura de las necesidades de cada período; ha diversificado actores e interlocutores; ha aportado en la reflexión y en la investigación, urbanas; ha creado canales y mecanismos de incidencia. Luego de 34 años de trabajo ininterrumpido, 35 en realidad, Cenca es una institución consolidada que sigue apostando por los movimientos, por la juventud y por el cambio social. Continuamos remando a contracorriente en el marco de una sociedad que deshumaniza al ser humano y destruye el planeta. Ello nos enorgullece en esta fecha de reafirmación y compromiso social.