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Global. Declaración de HIC en el Segundo Comité Preparatorio para Hábitat III



 

Nairobi 14-16 abril 2015

Gracias, Sra. Copresidenta. Mi nombre es Davinder Lamba, presidente emérito de la Coalición Internacional del Hábitat (HIC), una red global por los derechos a la vivienda y a la tierra fundada en Vancouver en 1976 y que hoy representa a más de 300 movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y académicas en todos los continentes.

Nuestra Coalición cree que Hábitat III debe preservar tres principios básicos:

(1) Los procesos deben ser al menos tan inclusivos como los de Hábitat II;

(2) Debemos mantener y construir a partir de la Agenda Hábitat y no reducirla a una "agenda urbana”; y

(3) Los derechos humanos y la buena gobernanza deben seguir siendo soporte y guía de las políticas y compromisos globales de asentamientos humanos

. El proceso y los contenidos de Hábitat III deben basarse en:

(1) Una evaluación exhaustiva de los avances hacia el cumplimiento de los compromisos de Hábitat II:

(2) Una revisión del derecho a la vivienda y las buenas prácticas de gobierno en consonancia con las promesas de Hábitat II, incluyendo la igualdad de género y aprovechando las lecciones aprendidas y el conocimiento adquirido desde entonces; y

(3) La preparación ante los desafíos de desarrollo de los asentamientos humanos , incluyendo el compromiso de avanzar hacia un "desarrollo rural y urbano equilibrado", tal y como se acordó en Hábitat I en 1976.

Los estados y gobiernos reafirmaron sus obligaciones de defender el derecho a la vivienda adecuada 61 veces en los documentos de Hábitat II. Esto incluyó su compromiso de proteger y compensar a las comunidades frente los desalojos forzosos y combatir la falta de vivienda. Desafortunadamente, ninguno de estos compromisos básicos se menciona en las directrices para la preparación de los Informes Nacionales para Hábitat III.

Durante los últimos 20 años, HIC y muchos otros actores han desarrollado y aclarado el marco conceptual de los derechos humanos y buena gobernanza. Juntos, hemos identificado los siguientes elementos clave a incluir entre los compromisos de la Nueva Agenda Hábitat:

La reivindicación del Derecho a la Ciudad para todas y todos se ha expresado en cartas globales locales y regionales, en la "Carta Agenda de Derechos Humanos en la Ciudad" de CGLU, y es actualmente impulsada por una creciente Plataforma Mundial por el Derecho a la Ciudad.

La Producción Social del Hábitat o los procesos de producción de vivienda y gestión del entorno construido que emprenden las y los habitantes, que es a menudo la única opción para las comunidades marginadas. Estos procesos contribuyen a la creación de espacios de vida dignos, al fortalecimiento de las economías locales y al desarrollo social.

La función social de la tierra y la propiedad, en beneficio del bien común, dando prioridad a las personas que tienen más necesidad.

La captura de plusvalías en el valor de la tierra son expresiones de los compromisos de Hábitat II en el sentido de generar "instrumentos innovadores para capturar las ganancias del valor del suelo y recuperar las inversiones públicas".

Sistemas fiscales locales que generan desarrollo incluyente y centrado en las personas.

Planificación integral del hábitat que fortalezca los sistemas alimentarios de las ciudades-región y que respeta el continuo urbano-rural

Rendición de cuentas por violaciones de los derechos relativos al hábitat y las obligaciones extraterritoriales de los estados y del sector privado, incluyendo: desalojos forzosos; transferencia de población e instalación de asentamientos en territorios ocupados; acaparamiento de tierras y otras grandes violaciones que se mantienen impunes en todas las regiones desde Hábitat II. La compensación y reparación a los afectados también debe estar garantizada.

Resiliencia: Los asentamientos humanos y sus habitantes deben ser más resilientes, pero nuestra atención debe centrarse en abordar las causas profundas de las crisis ambiental y económica y la rendición de cuentas por parte de los responsables.

La urbanización no es inevitable. La distribución de la riqueza y pobreza urbana es sistémica, pero también se basa en elecciones deliberadas y no deberían estar exentas de las medidas de control que sean necesarias.

La distribución de la riqueza, y no sólo el crecimiento, es una medida crítica de desarrollo y de éxito político y de gobierno. Si Hábitat III no se compromete a la redistribución de la riqueza, los estados y gobiernos fracasarán en sus obligaciones con los ciudadanos empobrecidos.

Los principios y compromisos de Hábitat II para crear un mundo mejor, aunque nunca fueron totalmente implementados o evaluados, proporcionan una base sólida para la Nueva Agenda Hábitat 2016. Esta vez debemos tener metas integrales a las que dar un seguimiento continuo a nivel nacional e internacional. También existe la oportunidad de reformar ONU-Hábitat, alineándola con el triple propósito de la Carta de la ONU - seguridad, desarrollo y derechos humanos - y desarrollando mecanismos de consulta formales con las organizaciones de la sociedad civil. Una Nueva Agenda Hábitat que no esté a la altura de estos estándares se arriesga a ser abandonada, como lo fueron las promesas incumplidas de Hábitat II, malgastando los grandes esfuerzos y los recursos invertidos en este proceso hacia Hábitat III y en los 40 años anteriores de desarrollo normativo.

Gracias, Sra. Copresidenta, por permitir que HIC presente su perspectiva y propuestas.

 

Vea el video de la intervención de HIC.





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