En el Perú, parte de las grandes desigualdades es que son las poblaciones rurales las que teniendo cerca de sí muchas fuentes naturales de agua, sin embargo son las que menos asegurada tienen sus acceso al agua potable. El INEI informa que solo el 35.6% (a diferencia del 79.5% de las poblaciones urbanas) tienen acceso al agua potable mediante redes pública dentro de la vivienda.
Todavía en muchas poblaciones rurales, donde las actividades mineras o los asentamiento urbanos no han contaminado las aguas, es posible que los campesinos utilicen agua de manera segura de los ríos, acequias o manantiales, pero es precisamente la amenaza inminente de que se contaminen, o más aún se destruyan las fuentes naturales de agua, lo que está llevando a estas poblaciones a que, prácticamente, en todo el Perú, se movilicen contra el avance indiscriminado de las actividades mineras formales o ilegales que pretenden destruir lagunas, humedales, bosques húmedos, glaciares para realizar sus operaciones.
En las ciudades, son los sectores más pobres los que más caro están pagando por litro de agua, precisamente porque la falta de infraestructura adecuada para proporcionar agua potable en los sectores urbano marginales, lleva a que se tenga comprar agua de camiones cisterna en baldes o cilindros. Se trata sin duda de una situación que a la inmensa mayoría de peruanos debe llevarnos a pensar en nuevos conceptos como el de justicia hídrica desde el cual es preciso cuestionar la desigualdad en el acceso al agua, la exclusión de las poblaciones en la toma de decisiones sobre el uso del agua, la privatización de las fuentes naturales del agua y la mercantilización de los servicios del agua, el privilegio que en la práctica otorgan las leyes y los tomadores de decisión a las actividades económicas como la minería y el petróleo por sobre el derecho al agua para el consumo humano y agrícola de las poblaciones, el uso abusivo de la fuerza privada o pública sobre las poblaciones que defienden su derecho al agua como ha ocurrido en Piura, Arequipa, Moquegua, Puno, Tacna y como está ocurriendo actualmente en la sierra de la Libertad o Cajamarca.
Sea propicio el día internacional del agua, para tomar más conciencia de nuestra grave responsabilidad en la protección de las fuentes naturales de agua, en el consumo responsable para no derrochar la escasa agua potable disponible, un llamado a las autoridades a ser los principales protagonistas de los cambios que el Perú profundo reclama: agua como derecho humano, prohibición de actividades extractivas en cabeceras de cuencas, prioridad del uso del agua para consumo humano y actividades agropecuarias y económicamente sostenibles, controles estrictos y limitación de las actividades extractivas que destruyan fuentes naturales de agua. De allí la legitimidad de la lucha de nuestros pueblos por la defensa y cuidado de las aguas. De allí la importancia la lucha de pueblos como el De Cajamarca de impedir que un nuevo proyecto minero como Conga afecte gravemente el frágil ecosistema hídrico altoandino que da vida a cinco cuencas. De allí el pedido al Congreso de la República para que apruebe la iniciativa legislativa presentada por la reciente Marcha Nacional del Agua para que se proteja las cabeceras de cuencas de nuestro país y el esfuerzo de muchos de nosotros para crear una amplia corriente de opinión pública y un movimiento ciudadano nacional de defensa del derecho humano al agua, de defensa de la vida.
Datos:
- Según el Banco Mundial: Más de 2 millones de muertes y miles de millones de casos de enfermedad al año son atribuibles a la contaminación y la escasez de agua.
- Perú y Bolivia, tienen más de 90% de los glaciares tropicales delmundo, pero debido al cambio climático e inadecuadas políticas de protección de sus aguas entre 1970 y 2006 han perdido cerca de una tercera parte de la superficies de sus glaciares.
- Según un estudio de percepciones sobre la problemática del agua encargado por RPP: 38.5% de la población encuestada solo les interesa poco o nada la problemática medioambiental.
- Según el mismo estudio, es en las provincias donde hay más conciencia de las escasez de agua. Lima, la ciudad ubicada en desierto muestra más indiferencia frente a la problemática del agua.
- Existiendo escasez de agua, en Lima solo el 30% de las aguas de los desagües están siendo tratadas.
- 16 de los 53 ríos de la costa están contaminados por relaves mineros.
- Estudios sobre contaminación del Rímac mostraron que éste recibía un volumen de 16 millones de m3/año de relaves provenientes de seis minas.
- Aunque la sociedad Nacional de Minería y Petróleo sostiene que la minería gasta muy poca agua, lo cierto es que esa afirmación responde al promedio nacional de agua disponible, pero no se ajusta a la disponibilidad y uso de agua a nivel de las administraciones locales del agua de la vertiente del pacífico, según el INEI (año 2010) el uso de consuntivo de agua por minería es el siguiente: 63.15% en Santiago de Chuco, 35.17% en Huamachuco, 82.97% en Locumba-Sama, 37.68% en Mantaro, 52.06% en Ramis, en Cajamarca 55.1%.
- En la cuenca del Candarave, en Tacna donde el problema del agua es muy sensible del 100% de aguas dulces disponibles: 63.5% es para uso agrícola, 35.3% para uso minero y solo 1.2% para uso poblacional.
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