Primer concurso de ensayos y propuestas sobre Las Ciudades y el Cambio Climático
Bolivia, Mayo 2012
Cerca del 64% de la población boliviana vive en ciudades y de esta el 72% está concentrada en tres áreas metropolitanas como son La Paz - El Alto (1,8 millones de hab.); Santa Cruz (1,4 millones de hab.); Cochabamba (700 mil hab.) y en otras 20 ciudades intermedias de más de 20.000 hab. que albergan al 30% de los habitantes urbanos de Bolivia. Para el 2025, 7 de cada 10 bolivianos viviremos en ciudades, lo que anticipa una tendencia clara a la urbanización. El cambio climático afecta, especialmente, a las poblaciones pobres de las ciudades, quienes sufren los efectos de la inseguridad alimentaria, la falta de disponibilidad de agua, las sequías, la desertificación y el deterioro del suelo. Las urbes corren riesgos de serios conflictos, por su dependencia de una amplia región rural productiva y de recursos hídricos lo que provocará graves repercusiones sociales y el deterioro de la economía. Los problemas se agudizan debido a que, en muchos casos, la población ha ocupado áreas no aptas para urbanizar, dispone de manera inadecuada los residuos sólidos, mal manejo de las alcantarillas, construye precariamente sus viviendas, ausencia de planes de ordenamiento urbano y territorial y falta de voluntad política para diseñar y ejecutar medidas de prevención de riesgos. Las ciudades de La Paz y El Alto junto con otras seis ciudades menores como Viacha, Achocalla, Laja, Pucarani, Mecapaca y Palca y su entorno rural, conforman la región metropolitana más poblada del país. Su clima es típico andino, seco y frío en invierno con nevadas ocasionales y en verano fresco debido a las precipitaciones. Hay algunos cambios en el patrón meteorológico, especialmente producidos por los fenómenos del Niño y la Niña, que se observan en la metrópoli desde hace algunos años atrás como por ejemplo: vientos extremos, precipitaciones superiores a lo normal y aumento de temperatura como consecuencias del cambio climático. Los asentamientos en la región metropolitana andina están sujetos a una variedad de riesgos agravados por los efectos del cambio climático y que principalmente vulneran: A) Nuestra provisión de agua: Las ciudades de La Paz y El Alto nos proveemos de agua potable a través de tres sistemas: El Alto, Achachicala y Pampahasi, cuyas fuentes reciben aportes principalmente de precipitación (65%) y de deshielos de glaciares (35%) que son almacenados en distintos embalses y conducidos a las plantas potabilizadoras de cada sistema para su posterior suministro a los habitantes. De los tres sistemas, el de El Alto es el que se encuentra mayormente influenciado por efectos de la retracción glaciar. Los deshielos de los glaciares Tuni y Condoriri, tendrían implicaciones sociales y económicas muy importantes, ya que están directamente relacionados con las fuentes de aporte de agua que se suministran a la ciudad de El Alto y las laderas del norte de La Paz. De continuar las condiciones actuales de deshielo, el glaciar Condoriri desaparecerá hasta el año 2045, mientras que el Tuni no existirá posterior al año 2025, con lo cual el sistema de dotación de agua potable de El Alto recibiría un 35% menos de recursos hídricos, obligando al racionamiento en la distribución del vital elemento. Adicionalmente, la situación actual de oferta y demanda de recursos hídricos ya tiene problemas especialmente en El Alto por escasez y racionamiento de agua. Este fenómeno se ve agudizado por la ampliación de la demanda de agua potable debido al aumento de la población que supera el millón de habitantes desde el año 2011. Además la disminución de agua, ocasionará otra serie de problemas como: en la generación de energía eléctrica que se produce en el valle de Zongo para La Paz y El Alto, dificultades en las industrias y mypes, en las escuelas, infraestructura hospitalaria, en parques, plazas, zonas de forestación y consumo doméstico. B) Nuestros asentamientos humanos: El cambio climático ya está provocando mayores desastres en la metrópoli como ser, deslizamientos, sifonamientos, mazamorras e inundaciones especialmente en la ciudad de La Paz, los deslizamientos se dan en terrenos que no son aptos para la construcción sin embargo en ellos ya se han asentado, de manera espontánea familias pobres que año tras año pierden sus pertenencias y hasta la vida, las inundaciones afectan a la zona sur de la ciudad y especialmente a las áreas periurbanas de producción agropecuaria, dañando cultivos y viviendas de los campesinos. En El Alto los problemas son de inundaciones por falta de alcantarillado pluvial, ya que el agua que se acumula, daña las estructuras de las viviendas como también por la acción de los ríos que afectan a viviendas y barrios construidos en sus riberas. Las sequías, heladas, granizadas, serán más frecuentes y traerán problemas en la producción agrícola y en el abastecimiento de productos en los mercados; las viviendas, especialmente precarias y autoconstruidas se ven afectadas por vientos huracanados y tornados. Los desastres climáticos, socio naturales y antrópicos dejan secuelas de las cuales es muy difícil recuperarse, las viviendas destruidas, por lo general, no son reconstruidas dejando a los damnificados vivir, de manera inhumana, en carpas o viviendas de madera durante mucho tiempo. La reconstrucción de vías, infraestructura urbana y equipamientos de las zonas afectadas implica una ingente movilización de recursos financieros que afecta al presupuesto del gobierno local que generalmente no cuentan con recursos para atender la reconstrucción. A ello se suma que los gobiernos locales, departamentales y nacional - con raras excepciones - no han incorporado en sus políticas, planes de ordenamiento territorial, de desarrollo departamental y programas y proyectos municipales, la prevención del riesgo , mitigación y adaptación ante los efectos del cambio climático. Tampoco existe demanda y presión de las organizaciones sociales urbanas para tratar estos problemas ya que no los integran en sus demandas y propuestas. En ese contexto, Red Hábitat como asociación privada sin fines de lucro que trabaja en el campo del hábitat popular y vivienda desde 1993 concentrando parte importante de sus esfuerzos en el desarrollo de capacidades de las organizaciones sociales y población en general para posibilitar su participación real mediante el ejercicio de los derechos ciudadanos, en el marco derecho a la ciudad y la vivienda, convoca al: PRIMER CONCURSO DE ENSAYOS Y PROPUESTAS SOBRE LAS CIUDADES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.
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