México. COPEVI quedó dentro de los primeros 10 finalistas de más de 200 concursantes de los Premios Mundiales del Hábitat
México, Diciembre 2014
Ganadores y Finalistas
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Pueblos indígenas construyen sus casas
Comunidades indígenas de la región de Sierra Norte de Puebla, México, viven en condiciones de pobreza extrema, en casas que son inadecuadas para proteger a las personas de las lluvias copiosas. El proyecto se enfocó en el derecho a adecuar las viviendas de estas comunidades. Proporcionó asistencia social y técnica, y acceso a recursos económicos basados en el financiamiento social combinado con subsidios públicos para comprar materiales; lo que les permitió a las personas construir sus propias casas con prácticas de construcción tradicionales y materiales disponibles a nivel local.
Descripción del Proyecto
¿Cuáles son sus fines y objetivos?
Pueblos indígenas construyen sus casas comenzó en 2009, a cargo de CIUDEMAC en asociación con COPEVI. El proyecto es liderado por la comunidad y se enfoca en garantizar el derecho a una vivienda adecuada, asequible y sostenible a nivel medioambiental, para las familias indígenas de bajos ingresos en zonas rurales, a la vez que se preservan la cultura y las prácticas de construcción tradicionales.
¿En qué contexto opera?
Comunidades indígenas de la región rural de Sierra Norte de Puebla, México, viven en graves condiciones de pobreza, desigualdad y exclusión social. Más de un 20 por ciento de la población vive en casas con pisos de barro y techos hechos con chapas onduladas, madera, cartón u hojalata, sin acceso a infraestructura y servicios básicos, en general, ubicadas en áreas de alto riesgo y vulnerables a lluvias copiosas. Frecuentemente, el acceso a financiación del gobierno requiere que las familias obtengan créditos de instituciones financieras, lo cual no es viable donde hay niveles tan altos de pobreza y exclusión, ya que son inaccesibles o implican deudas excesivas. El proyecto pretende mejorar las condiciones de vida y demostrar que existe un enfoque alternativo, sostenible, centrado en las personas.
Los antecedentes mexicanos de políticas gubernamentales paternalistas han propiciado una cultura de dependencia en muchas comunidades. COPEVI y CIUDEMAC han trabajado en conjunto para incrementar el nivel de concientización, desarrollar un sentido de compromiso y fomentar la autogestión y la autonomía.
Generalmente, las políticas gubernamentales de México no tienen en cuenta las necesidades específicas de vivienda de los grupos indígenas, ni de las comunidades que viven en zonas rurales. COPEVI y la red de Producción Social de Vivienda han trabajado para articular estas necesidades y lograr un reconocimiento dentro del gobierno de los aspectos particulares de los procesos de vivienda indígenas y rurales, que difieren de los problemas de vivienda urbana.
El proyecto se ha llevado a cabo dentro del marco de la Ley Nacional de Vivienda de 2006, que reconoció formalmente los procesos de vivienda liderados por los pueblos ("producción social de vivienda"), tras persistentes esfuerzos de organizaciones populares, universidades, ONG y otras organizaciones civiles.
¿Cuáles son sus características clave?
El proyecto ha desarrollado un enfoque integral, impulsado por la comunidad y basado en los derechos. Las asociaciones entre organizaciones, las financiaciones innovadoras y la sensibilidad frente a la cultura local, así como las prácticas de construcción tradicionales y las sostenibilidad medioambiental son fundamentales.
Liderado por COPEVI, el proyecto se ha beneficiado de prósperas asociaciones entre una variedad de organizaciones.
CIUDEMAC y sus miembros han tenido un rol central, incluida la selección de las familias participantes, la supervisión del trabajo en el lugar, las comunicaciones y el desarrollo de capacidades a nivel local. La asociación le ha permitido a CIUDEMAC adquirir conocimientos y experiencia sobre la gestión de proyectos, la construcción, la promoción y la toma de decisiones colectivas, así como la transferencia de ese conocimiento a sus miembros.
Se ofrece asistencia técnica a través de los arquitectos de COPEVI, que fueron capacitados en el uso de materiales locales, mediante una asociación con Mesoamerikaab (una plataforma regional que promueve el uso de materiales de construcción locales). La agencia de desarrollo alemana Misereor motivó el diseño inicial de la iniciativa y contactó a especialistas en construcción con tierra con el proyecto. Este apoyo permite llevar adelante procesos de construcción tradicional basados en la tierra. Misereor también brindó la financiación básica para COPEVI.
CONAVI proporcionó financiación federal para el proyecto a través de su programa de subsidios para viviendas lideradas por la comunidad. Se desarrolló un innovador mecanismo de financiación para el proyecto mediante una asociación entre COPEVI y la ONG local Pobladores, que combina subsidios estatales con "crédito social" (contribuciones en especies de materiales de construcción y mano de obra por parte de las familias participantes).
Mediante trabajos para ampliar el impacto, la red de "Producción social de vivienda" de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles, de las que COPEVI forma parte, se ha involucrado en iniciativas políticas y de promoción para aumentar la financiación para los procesos de viviendas populares.
Minimizar la huella ecológica, hacer uso de materiales de construcción sostenibles a nivel medioambiental y preservar las prácticas de construcción indígenas tradicionales es un foco de atención fundamental del proyecto. Se han utilizado materiales adquiridos localmente con valores energéticos incorporados bajos, como tierra/adobe, agua, piedra, madera, arena y grava, en la construcción de viviendas, con cantidades pequeñas de hierro y cemento en los casos en los que fue necesario. COPEVI y CIUDEMAC han trabajado para aumentar el nivel de concientización sobre las prácticas de construcción sostenibles entre las comunidades participantes, y el éxito del proyecto ha motivado a familias que, de otra manera, habrían preferido materiales de construcción convencionales o industriales en vez de construcción tradicional a base de tierra.
¿Cómo se financia?
El costo total de capital del proyecto fue de US$2,63 millones, de los cuales un 50,5 por ciento se obtuvo de la Comisión Nacional de Vivienda de México (CONAVI), a través de su programa de subsidios para construcciones de viviendas lideradas por la comunidad, y el 49,5 por ciento restante mediante lo que se denominó "financiación social", o contribuciones en especies de materiales y construcción y mano de obra por parte de las familias participantes. COPEVI brindó asistencia técnica, con el apoyo económico y técnico de la agencia internacional de desarrollo alemana Misereor. Cada casa de 60 m2 cuesta, en promedio, US$6.150. Los residentes son responsables de mantener sus casas y cada familia contribuyó US$77 para un fondo comunitario, que ya suma US$34.000.
¿Qué impacto ha tenido?
El proyecto se inició en 2009 con la construcción de sus primeras 20 casas, y hasta la fecha se han hecho 428 casas. En 2011, se implementó una estrategia de desarrollo de comunidades más amplia, y actualmente, el proyecto se encuentra en las etapas de retroalimentación y transferencia. En la actualidad, CIUDEMAC se está asociando con la cooperativa Tosepantomin para ampliar el enfoque, y está trabajando junto a COPEVI y a una variedad de organizaciones y redes para influenciar la política pública y mejorar el acceso a una vivienda decente.
El sector que más se beneficia con el proyecto es el de 16 grupos de comunidades indígenas de bajos ingresos que viven en zonas rurales de los municipios de Zacatlán, Tetela de Ocampo y Tepetzintla, en la región de Sierra Norte de Puebla, México.
Además de apoyar la generación de ingresos y el desarrollo económico local, el proyecto ha trabajado para desarrollar estructuras de toma de decisión comunitarias y de liderazgo locales, tanto dentro de las comunidades individuales como entre las 16 comunidades diferentes que participan. En los últimos cinco años, el proyecto ha beneficiado a aproximadamente 3.000 personas (22 por ciento de la población total de la zona) con mejoras de las viviendas, y se encuentra en el proceso de expansión a otras áreas.
Los impactos positivos para las comunidades incluyen mejores condiciones de las viviendas y espacios más saludables, mejor calidad del aire en el interior y una mayor protección contra las lluvias copiosas que prevalecen en la región. Los residentes comentan la emoción que sintieron por haber hecho realidad sus sueños, el sentimiento de seguridad con respecto a la lluvia y la satisfacción que les generan sus nuevas casas.
El proceso de construcción de ayuda mutua ha unido a los vecinos, y se ha incrementado la valoración del uso de materiales de construcción locales. El diálogo entre diferentes generaciones de constructores ha contribuido con el rescate de técnicas de construcción tradicionales que se habían perdido, principalmente, aquellas relacionadas con la construcción a base de tierra. Las casas son más grandes y de una calidad notablemente mayor, en comparación con las casas convencionales hechas por empresas de construcción.
COPEVI y la red de "Producción social de vivienda" de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles han trabajado para influenciar las políticas públicas y aumentar la cantidad de fondos estatales disponibles para los procesos de viviendas liderados por la comunidad. Juntos han triunfado en la obtención de un reconocimiento a nivel político del valor de los esquemas económicos no tradicionales, es decir, las contribuciones en especies de mano de obra ("financiación social") y su inclusión como la contraparte de los residentes para acceder a subsidios para viviendas. Como resultado, la vivienda es significativamente más asequible y accesible para las personas, en comparación con la situación previa al proyecto, ya que los residentes pueden acceder a subsidios públicos para vivienda sin la necesidad de conseguir préstamos costosos para los que no habrían sido aptos de otra manera o que no habrían sido capaces de devolver. Las mejoras posibilitadas por el proyecto ayudan a generar ingresos y oportunidades de trabajo, y estimulan el desarrollo económico local.
Actualmente, COPEVI está ampliando el enfoque a otras dos regiones (Zoatecpan en Puebla y la Mixteca Alta de la región de Oaxaca) y trabaja con grupos pequeños de familias indígenas (incluido un grupo de mujeres indígenas, con apoyo del gobierno municipal). CIUDEMAC tiene una lista de espera de 145 familias que pretenden llevar a cabo proyectos similares.
El enfoque ha sido adoptado por varias organizaciones que forman parte de la Red de Productores Sociales de Vivienda del Sureste (red de viviendas liderada por la comunidad) y también está en proceso de ser transferido al estado de Oaxaca a cargo de la organización popular CODEP, mediante la adaptación del esquema de financiación y la construcción de 40 casas.
En 2011, el proyecto se destacó como un ejemplo de buenas prácticas en una reunión de alto nivel de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) y funcionarios del gobierno de alto rango. En 2012, recibió una mención especial en una competencia latinoamericana de proyectos de vivienda que promueve el derecho a las prácticas ciudadanas, de sostenibilidad y de buen vivir, organizadas por la Habitat International Coalition (Coalición Nacional para el Hábitat) en el marco de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Rio+20.
Sostenibilidad Medioambiental
Un enfoque fundamental del proyecto ha sido el de minimizar la huella ecológica, hacer uso de materiales de construcción sostenibles a nivel medioambiental y preservar las prácticas de construcción indígenas tradicionales. Se han utilizado materiales adquiridos localmente con valores energéticos incorporados bajos, como tierra/adobe, agua, piedra, madera, arena y grava, en la construcción de viviendas, con cantidades pequeñas de hierro y cemento en los casos en los que fue necesario. COPEVI y CIUDEMAC han trabajado para aumentar el nivel de concientización sobre las prácticas de construcción sostenibles entre las comunidades participantes, y el éxito del proyecto ha motivado a familias que, de otra manera, habrían preferido materiales de construcción convencionales o industriales en vez de una construcción tradicional a base de tierra.
A medida que el proyecto progresó, se desarrollaron una variedad de tecnologías ecológicas que se incluyeron en la construcción de las casas para garantizar un uso más adecuado de la energía y de las fuentes de agua. Actualmente, es un requisito integrar al menos una tecnología ecológica en cada unidad de vivienda nueva, incluidas la recolección de agua de lluvia, los baños secos ecológicos, huertas de árboles frutales en los patios y hornos de bajo consumo de combustible.
Una característica fundamental de la cultura local se relaciona con el cuidado de la Madre Tierra, y esto ha guiado varios aspectos del proyecto. Después de la construcción de las casas, los grupos comunitarios han comenzado a planificar medidas adicionales para mejorar su medioambiente, incluidos algunos proyectos de reforestación.
Sostenibilidad Financiera
El proyecto les ha permitido a las familias acceder a subsidios existentes del gobierno para viviendas. Si bien existe la posibilidad de que el marco político y los esquemas de subsidios se modifiquen en el futuro, ahora, las comunidades y organizaciones participantes están mejor equipadas para abordar problemas que afectan sus derechos a una vivienda adecuada, y para desarrollar soluciones alternativas para la financiación.
Sostenibilidad Social
El proyecto está liderado por la comunidad, y los residentes se han involucrado activamente en todos los aspectos del proceso, con participaciones en estos tres niveles: la junta de directores, un organismo para la toma de decisiones conformado por representantes de cada uno de los 16 grupos de comunidades indígenas involucrados en el proyecto; comités comunitarios responsables de compartir la información, llevar un registro, convocar asambleas y establecer prioridades clave; y la participación de todas las familias en el proceso de construcción en sí, a través de procesos tradicionales de ayuda mutua. Las capacitaciones estuvieron a cargo de COPEVI y sus asociados, y abordaron aspectos técnicos, sociales, gubernamentales y legales. Durante los últimos cinco años, CIUDEMAC ha mejorado significativamente su liderazgo y las estructuras organizativas, y ahora está trabajando para apoyar a otras organizaciones.
El proceso de ayuda mutua permite reforzar el sentido de pertenencia, aumenta la autoestima, ofrece más seguridad y habilita a los residentes para que aborden otros problemas posteriores que puedan enfrentar.
El proyecto ha generado empleo local, ha motivado la creación de diez microemprendimientos y un fondo comunitario (con una contribución de US$77 por cada familia), y ha respaldado la economía local mediante la compra de materiales a proveedores locales. Recientemente, CIUDEMAC ha trabajado con familias para llevar a cabo y administrar proyectos de ahorros comunitarios, por ejemplo, para la construcción de una cocina comunitaria y un centro para la juventud.
A través del proyecto, COPEVI ha trabajado para reducir las desigualdades sociales existentes y mejorar las condiciones de vida de grupos indígenas marginados. Las mujeres han tenido un rol principal en los procesos gubernamentales y de construcción, y algunas comunidades participantes han comenzado a desarrollar programas que tienen como fin empoderar a mujeres y a personas jóvenes.
Punto de Contacto
Ana Isabel González anagonzalez@copevi.org / www.copevi.org
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