El Cafta y el TLC andino: a remojar la barba
Enero 1999
El Cafta fue aprobado por la Cámara de Representantes de Estados Unidos por un estrecho margen de 217 a 215 votos. Durante las últimas rondas del TLC Andino, la intransigencia, incumplimientos e inflexibilidad de los negociadores de Estados Unidos se atribuyó al hecho de que dicho tratado no se había aprobado. Según voceros del gobierno colombiano, su aprobación desempantanará las negociaciones y las acercará a la firma en octubre próximo. El año pasado surgió una situación similar en la cual el poco avance en las negociaciones se atribuía a la campaña presidencial norteamericana. La aprobación fue muy difícil, requirió la intervención directa de Bush y lo obligó a contraer un sin número de compromisos con los congresistas renuentes e incluso implicó que los países centroamericanos aceptaran nuevas restricciones a sus exportaciones de textiles y nuevas trabas para el acceso al mercado norteamericano. La preocupación del Congreso por todos los detalles de la negociación con países que no representan prácticamente nada en el comercio norteamericano, en lugar de ser un síntoma positivo para los defensores de los TLC, debería tomarse como una señal de que el TLC andino tendrá mayores dificultades. El gran número de votos en contra revela así mismo el amplio espectro de la oposición y el formidable trabajo realizado por los opositores.
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