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El Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas aprobó finalmente el Protocolo al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales PIDESC,  y lo enviará al Consejo de Derechos Humanos, para que corra traslado al Secretario General y a la Asamblea de la ONU. Esta es una victoria indiscutible en el esfuerzo por construir un mundo con mayores y más fuertes derechos, a la que han contribuido, de manera especial, una serie de organizaciones de la sociedad civil de diversos países del mundo, dentro de ellos la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo PIDHDD y sus capítulos nacionales.

Se abre ahora una nueva situación en la que podrá contar con un recurso del derecho internacional, para alcanzar la reparación frente a las violaciones de los derechos económicos, sociales y culturales. Igualmente se ha conseguido avanzar notablemente en identificar y aclarar las obligaciones de los estados frente a los DESC. Y, de manera complementaria, se ha establecido una base para que unos estados puedan asistir a otros en la protección y promoción de los derechos consagrados en el PIDESC.

Otros logros indudables son: fortalecer la vigencia y protección internacional de los DESC; establecer jurisprudencia en cada país sobre los derechos económicos, sociales y culturales; reafirmar el principio de universalidad, indivisibilidad, interrelación e interdependencia de todos los derechos humanos; incrementar la conciencia ciudadana sobre estos derechos.

La discusión final sobre el PIDESC versó sobre la posibilidad de que los estados pudiesen escoger, dentro del Protocolo, los puntos a los que adherían, o si se optaba por una aprobación comprehensiva, o de conjunto, de todos los derechos. Finalmente ganó esta segunda posición que hace mucho más poderoso el acuerdo. Hay algunos puntos que no se consiguieron, como el de la autodeterminación, pero el saldo debe considerarse como enormemente positivo

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