México. Sobre Enrique Ortiz, el viajero
México, Mayo 2015
Georgina Sandoval
Compartir momentos con Enrique Ortiz, siempre será un aprendizaje de visión y actitud. La visión y la energía puesta en la búsqueda de la transformación social; la actitud y las ganas puestas en el encontrar caminos y respuestas para modificar lo que no es justo.
En todo momento hará el esfuerzo por mostrar las contradicciones de ésta realidad no justa, cuando lo hace no solo trasmite ideas, también muestra caminos e identifica horizontes. Entonces se convierte en maestro; el maestro que tiene la generosidad de compartir lo que sabe (sino no se puede ser maestro).
Llegar a este clímax no solo le ha requerido de su propio andar y hacer camino. Me atrevo a decir que es la base de un trabajo de observación aguda, de la necesidad de ordenar el pensamiento y las reflexiones, base de cualquier capacidad analítica. Aunque decir “cualquier” se escribe fácil, pero de esos personajes y esa cualidad no hay muchos.
Es así que se hace explícito el sentido común, del cual, no solo tiene mucho, sino que le permite identificar las argumentaciones sociales y políticas desde distintas visiones, no solo para reconocerles sino para convertirles en argumento de debate, discusión y propuesta.
Yo creo que toda esta actitud le viene de ser viajero, de tener una naturaleza de “pata de perro”; dicen que para ser arquitecto hay que querer viajar. Eso requiere dejar “en reposo” lo tuyo, trasladarte, reconocer otros escenarios con lo que los sentidos se ponen atentos, la observación se pone aguda; el tacto se alerta; el olfato se vuelve consciente; el gusto se da gusto y; el oído se pone respetuoso pero también reconoce a los actores, sus prácticas, sus experiencias. El tema es cómo potenciar éstas prácticas aisladas.
El gusto de ir de un lugar a otro, lo convierte en un trasmisor de experiencias, escucha aquí, exalta acá. Lo cotidiano adquiere otra dimensión; la lucha por la sobrevivencia comienza a ser una sumatoria de colectivos que se reconocen.
Creo que le conocí cuando ya iba recogiendo historias, contando historias de gente de todo el mundo que hace viviendas, que hace barrios y hace ciudades. Cuando habla de “la otra arquitectura” ésta haciendo teoría y critica. Tras componentes (la historia, la teoría, la crítica) del trabajo de investigación aunque nunca se ha definido como investigador ha sido capaz de ordenar estas experiencias para gestar el concepto de la producción social de vivienda y hábitat, que hoy día está contenido en la legislación habitacional del país y es base de la definición de algunas políticas públicas. No deja de hacer caminos, hoy enarbola el Derecho a la Ciudad como concepto prometedor.
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